ACERCARSE A LA REALIDAD: Para transformar la realidad, primero hay que acercarse a ella
FRASE PARA ESCRIBIR EN UN LUGAR VISIBLE A TODOS:
“He visto la humillación de mi pueblo (…), y he escuchado sus gritos (…). Yo conozco sus sufrimientos…” (Ex 3, 7)
OBJETIVOS DEL TEMA:
Darse cuenta que, para transformar la realidad, el primer paso es acercarse a ella y conocerla.
Reconocer que la realidad y sus desafíos piden al cristiano salir del templo y adentrarse en los espacios civiles para buscar el bien común.
PUNTO DE PARTIDA:
Teniendo en cuenta tu experiencia, la información que tienes, lo que escuchas, ves, lees o te cuentan ¿Cómo crees que está la realidad política en el país? ¿Cómo crees que está la realidad social que vivimos? ¿Cómo está la situación económica? ¿Cómo está la realidad religiosa de la gente que conoces?
ESCUCHEMOS UNA EXPERIENCIA:
Carolina, mejor conocida por sus amigas como Caro, es una maestra jubilada que colabora en una asociación civil que trabaja por la paz. Es católica pero evita involucrarse con grupos católicos porque dice que ahí están aquellos que solo quieren escapar de la realidad que vive el país, que son gente que no quiere o tiene miedo de hacer algo para mejorar la situación social en la que nos encontramos.
Ella expresa, con enojo evidente, su decepción por la manera en la que los católicos viven enajenados en prácticas religiosas que no tocan las realidades sociales, por la manera en la que los políticos se aprovechan para beneficiarse de las necesidades y urgencias que vive la gente y, sobre todo, por la inercia de la sociedad ante la violencia y la muerte que a diario vemos en todos los lugares. Dice que el país ya parece un “hospital” donde se encuentran muchos heridos y no hay quien los cure y les proporcione las medicinas que necesitan. Por eso, afirma, el país se está convirtiendo en un “cementerio” donde solo se encuentran muertos por todas partes.
Ella dice, muy enojada, que la mayoría de las personas que conoce, ya no analizan, no reflexionan, no interpretan a fondo lo que sucede, que solo se conforman con información muy superficial o incluso se desinteresan de lo que sucede y, esto, dice ella, nos va a llevar a males muy grandes que nos van afectar negativamente a todos.
A veces, dice, la impotencia ante la manera de pensar y las actitudes que percibe en la gente, la desanima, pero no está dispuesta a tirar la toalla en su trabajo por la paz, que al menos con sus hijos y nietos trabajará para que ellos analicen la realidad y se comprometan socialmente.
CONTENIDO DEL TEMA:
Caro, en su enojo y su crítica, está viviendo el mismo proceso que Dios plantea para iniciar procesos de transformación de una realidad percibida como nociva o mala para una vida digna:
VER, ESCUCHAR, CONOCER, BAJAR, HACER SUBIR (Ex 3, 7-10). Y está asumiendo esa capacidad que Jesús dice que todos tenemos: de CAPTAR, PERCIBIR e INTERPRETAR la realidad (Mt 16, 1-3; Lc 12, 54-57).
Quizá ella no conoce este episodio donde Jesús se dirige a aquellos que constituían el motor de la sociedad (saduceos); a los más “devotos” de la religión, a los más apegados al templo y al cumplimiento de las tradiciones y normas religiosas (fariseos); y a la gente común que no se diferenciaba de las masas populares que siguen a líderes carismáticos sin analizar, sin discernir, que viven inconscientemente su acción; pero ella, con su preocupación, está reviviendo el enojo de Jesús ante la manera de existir de los diferentes sujetos sociales.
Caro, como esa vez Jesús, se indigna al ver que las personas no están utilizando su capacidad de razonar, analizar e interpretar la realidad porque, como ella dice, nadie es incapaz de conocer y descifrar lo que hay detrás de los hechos y acontecimientos. Le entristece constatar que las mayorías solo se conforman con informaciones superficiales y se creen todo o, lo que es peor, se desinteresan incluso de aquello que les afecta negativamente.
La decepción de Caro es que, cada vez más, percibe que las personas están perdiendo su “inteligencia”, en el sentido literal de la palabra: esa capacidad de LEER A PROFUNDIDAD a las personas, los hechos, los acontecimientos[1]… Según Caro, la realidad actual, requiere de personas “inteligentes”, personas que no se queden en la superficie de lo que sucede, sino que sean capaces de comprender las intenciones, su profundidad, sus alcances…
El país está viviendo cambios difíciles de comprender y digerir con efectos que empañan la cultura cristiana y al ser humano que vive en un país mayoritariamente cristiano. Esto es lo que Caro está percibiendo y, su preocupación por la eliminación de personas de diferentes maneras y en muchas partes del país, apunta a la preocupación de muchos por la cultura de muerte que está ensombreciendo y debilitando las luces del cristianismo en el país.
Ella compara al país con un “hospital” con muchos heridos donde escasean “médicos y medicinas” para atender y cicatrizar las heridas que agudizan y fortalecen la espiral de violencia que abraza todos los ámbitos de nuestra convivencia y amenaza en convertir al país en un cementerio.
Caro, como madre y abuela, siente el deber de ayudar a su familia a ACERCARSE A LA REALIDAD en la que viven y conviven. Porque es ahí, donde se encuentran los desafíos, las esperanzas y anhelos más profundos, los dolores y heridas, las luchas que se afrontan para vivir o sobrevivir, así como los sufrimientos más sentidos que originan los conflictos que se viven de manera individual y colectiva.
Ella dice que el primer paso para buscar el bien de todos es ESCUCHAR LOS GRITOS DE LAS PERSONAS Y LOS LUGARES donde nos encontramos y luego analizarlos a profundidad para buscar juntos las soluciones adecuadas que beneficien a todos.
La actitud y manera de pensar de Caro nos dice que, abrir los ojos y alertar los oídos en la realidad donde vivimos y convivimos, necesariamente nos pedirá ponernos en movimiento y dejar nuestra zona de confort para enrolarnos en las filas de aquellos que buscan transformar la realidad de corrupción, injusticia y muerte en una realidad más justa y fraterna, donde todos tienen las condiciones que favorecen una vida digna porque pueden satisfacer todas sus necesidades básicas: alimento, vivienda, salud, educación, ocio, vestido…
Podríamos concluir, a partir de lo que Caro nos dice, que estar atentos a la realidad hará que, como personas bautizadas, hagamos presente ahí donde estamos, a la Iglesia que se siente parte de la sociedad en la que se encuentra y por eso, retomamos su enseñanza que dice:
Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de las personas de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón (Gudium et Spes 1).
ENCUENTRO CON LA PALABRA DE DIOS
Nos ponemos de pie. Leer el siguiente texto bíblico:
“Yavé dijo: «He visto la humillación de mi pueblo en Egipto, y he escuchado sus gritos cuando lo maltrataban sus mayordomos. Yo conozco sus sufrimientos, y por esta razón estoy bajando, para librarlo del poder de los egipcios y para hacerlo subir de aquí a un país grande y fértil (…). El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto cómo los egipcios los oprimen. Ve, pues, yo te envío a Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.»" (Éxodo 3, 7-10)
SILENCIO Y REFLEXIÓN
Reflexionemos en silencio para que la Palabra de Dios transforme nuestra vida.
CONFRONTAR NUESTRA REALIDAD PERSONAL CON LA PALABRA DE DIOS
Para compartir:
¿Qué te hace pensar el texto bíblico que hemos leído, a propósito de lo que hemos dicho en el tema?
¿Cuáles serán los gritos y clamores que reflejan el sufrimiento de la gente en nuestra sociedad?
¿Cuáles son los que más se escuchan en el sector donde vives y convives?
ORACIÓN COMUNITARIA
De manera espontánea expresar en voz alta la oración que Dios haga surgir de su corazón.
COMPROMISO
Consigue varios periódicos de la semana, escucha diversos noticiarios en la radio o televisión y, si tienes acceso a internet, consulta también las noticias ahí, escucha de qué conversa la gente ahí donde trabajas o vives. Luego identifica de qué se habla más en los periódicos y noticieros, en las conversaciones de la gente y haz una conclusión personal sobre la realidad que percibes.
ORACIÓN Y DESPEDIDA:
Señor, escucha mi oración;
tú, que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú, que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.
Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.
Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sácame de la angustia.
(Salmo 142)
[1] La palabra INTELIGENTE se deriva de dos términos latinos: “intus” y “legere”. El primero se refiere a lo interior, profundo, aquello que no se ve; el segundo, se refiere a la capacidad de captar, conocer, leer.
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