Una realidad que solo podemos "transformar"
La tendencia natural, casi instintiva de la mayoría de la gente es intentar "DESHACERSE" del conflicto. Algunas personas buscan "RESOLVERLO" o "MANEJARLO", pero no siempre lo logran, más bien ocurre lo contrario: EL CONFLICTO LAS MANEJA, LAS CONTROLA... se vuelve una especie de "CUARTO OSCURO" que los encierra y les crea una sensación de no tener la llave para salir.
En esa búsqueda de "resolverlo" o "manejarlo" la prisa les gana y terminan por adoptar "soluciones" rápidas que luego les deja una especie de insatisfacción interna que les hace sentir que "algo falta", que en realidad no está resuelto, que sigue ahí, que en realidad no lo manejan como quisieran y eso lo notan en la falta de un cambio significativo y visible en su vida.
Quieren resolver el conflicto, solucionarlo, manejarlo... pero sin buscar las razones por las que llegaron a ese punto en su vida. Solo buscan fórmulas ya aplicadas en situaciones parecidas a las que están viviendo y las aplican a la realidad adversa en la que se encuentran, pero sin plantearse cambios fundamentales en su persona. Quieren seguir siendo las mismas personas de siempre en medio de una situación que plantea la necesidad de cabios en su ser y en su actuar.
Al sentir la exigencia de un cambio personal ante el conflicto, la respuesta inmediata es NO QUERER CAMBIAR su manera de pensar, de actuar y de vivir; por eso, se "defienden" o "atacan", es decir, LA VIOLENCIA se vuelve la manera instintiva de responder para NO CAMBIAR su postura existencial. Para seguir siendo los mismos...
Buscar un CAMBIO CONSTRUCTIVO, es decir, recibir al conflicto como una realidad que "DESTRUYE" aspectos de nuestra persona que pueden ser inútiles o hasta nocivos, y que nos obliga a "RE-CONSTRUIRNOS", a "CONSTRUIRNOS DE NUEVO" desde la adversidad, desde lo nuevo, desde lo diferente o inesperado, es muy difícil de aceptar, porque sería salir de nuestro mundo conocido y encaminarnos a lo desconocido. Y eso, pocos lo quieren hacer, prefieren mantenerse en lo que ya conocen, aunque esto no les ayude a crecer.
Mi experiencia de más de 25 años de acompañamiento de personas, de manera individual y comunitaria, en medio de situaciones adversas y mi vida personal también, me dice que NO SE PUEDE "RESOLVER", "SOLUCIONAR" o "MANEJAR" el conflicto. Pero sí se puede "TRANSFORMAR", es decir, "DARLE OTRA FORMA" en nuestra mente, para poder quitarle toda la carga negativa y destructiva que normalmente se ve en un situación conflictiva.
Esta "TRANSFORMACIÓN" del conflicto en nuestra manera de verlo, en nuestra manera de pensar, nos ayuda a "apuntalar" lo bueno que nos trae y la riqueza que nos deja cada conflicto que nos visita. Porque al final de cuentas, cada conflicto que logramos "TRANSFORMAR EN FUENTE DE BIEN" es, en realidad, UNA TRANSFORMACIÓN PERSONAL, es decir, nuestra persona cambia, se transforma.
Cuando le damos "OTRA FORMA", una forma distinta a la que tienen en su mente la mayoría de las personas, el conflicto SE TRANSFORMA en MOTOR DE CAMBIO personal, familiar, laboral, social... Y el cambio comienza a darse no porque los demás cambiaron o el ambiente cambió, sino porque cambiaste tú y, los demás cambios, se irán dando poco a poco.
Los cambios se van dando porque nuestra manera de pensar se ubica en la positividad del conflicto y, por eso, va mejorando nuestra manera de relacionarnos y nuestra manera de interactuar con los demás y con el entorno. El ambiente se vuelve más saludable para uno mismo y para los demás, porque mi manera de existir ya no le agrega más mal al mal.
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