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Foto del escritorJoel Cruz Reyes

DIGNIDAD HUMANA 7

SER PERSONAS: UN DERECHO Y UN DEBER


FRASE PARA COLOCAR EN UN LUGAR VISIBLE A TODOS:


“Entonces Yahvé Dios (…) sopló en sus narices un aliento de vida, y existió el ser humano con aliento y vida.” (Gn 2,7)

OBJETIVOS:

  • Aceptar que, como seres humanos, tenemos derechos pero también deberes.

  • Reconocer que la conciencia de un derecho implica el deber de realizarlo.


REVISIÓN DEL COMPROMISO ANTERIOR:

Comparte de qué forma fuiste o estás siendo una persona solidaria ahí donde vives y convives. También si estás intentando elaborar tus propias soluciones o respuestas a las situaciones que enfrentas y qué iniciativas comunitarias hay en tu sector y cómo participas en ellas.


LEAMOS LA SIGUIENTE EXPERIENCIA:

Hace unos días Cristina acudió a votar para la elección de gobernador de su Estado. Ella cuenta que, al salir del lugar donde estaban las casillas, tuvo una fuerte discusión con su hijo porque él no votó por el candidato que le había sugerido su comadre.


La discusión se generó porque su hijo decía que su profesor le dijo que, la persona que promovía la comadre de su mamá, era peor que la persona que representaba al partido opositor. Que él confiaba en su profesor y no en la comadre conflictiva de su mamá. Cristina por su parte, le advertía que si su comadre se enteraba que había votado por la persona contraria, él podía perder su beca de estudiante que el gobierno le está dando y, posiblemente, también ella se quedaría sin su apoyo que le estaban dando por ser madre soltera. Porque esa fue la advertencia que le hizo su comadre con quien se había comprometido hacer que toda la familia votara a favor su partido.


Al ver el malestar de su hijo, Cristina no quiso continuar con la discusión y le pidió de favor que no dijera que votó por el partido contrario al de su comadre porque podían perder los apoyos que ahora tenían. Pero dice que su hijo aún está muy enojado con ella, porque dice que ella no es libre, que solo hace lo que su comadre le dice, solo porque ella les consiguió el acceso a los apoyos del gobierno.


Cristina dice que, está de acuerdo con su hijo pero se siente atada de manos porque su comadre está muy metida en la política y depende de ella para poder seguir recibiendo los apoyos económicos.



IDEAS PARA COMPARTIR


En el tema anterior dijimos que nuestro humanismo cristiano tiene principios de fe que no son “opcionales”. Que estos principios deben ser las guías de nuestra existencia personal y social para “asemejarnos a nuestro Padre Dios” y no a los animales o a las cosas. Que de ellos brota la dignidad humana que debemos promover, defender y realizar en nosotros y en los demás para no distorsionar nuestra humanidad y la sociedad en la que nos encontramos no se pervierta.



Si tienes la oportunidad de conseguir la encíclica Pacem in Terris del Papa Juan XXIII, y la lees detenidamente, te vas a encontrar con la clave para “armonizar” tu existencia con las personas con quienes convives y, de consecuencia, humanizar poco a poco los entornos sociales en los que te encuentras.


El Papa, dice que para “pacificar” al mundo y, claro, a las personas, es necesario reconocer que todo es cuestión de “orden”, porque el “desorden” personal y social es lo que termina por degradar nuestra humanidad, la hace cada vez más irracional. Por eso, dice, es fundamental comenzar por reconocer que existen dos tipos de orden o dos planos distintos en la convivencia: el de las cosas y el de las personas.



Ser conscientes de esto nos ayuda a entender la deshumanización cada vez más palpable en los ambientes donde convivimos, nos ayuda a comprender que muchas personas se van deshumanizando porque se van resignando, acostumbrando y aceptando a ser tratadas o tratar a los demás como si fueran “cosas”, “objetos” o cuando mucho, como si fueran simplemente criaturas vivientes. El Papa dice que esto es una “desviación humana” en la que caemos con frecuencia; por eso, comenzamos a convivir como si fuéramos seres irracionales y, recordemos que, lo irracional, es propio de las cosas y los animales.



Si nos vamos acostumbrando a tratar y a que nos traten como cosas o como criaturas vivientes irracionales, nos arriesgamos a perder la capacidad de distinguir a un ser humano de cualquier otro elemento de la naturaleza o elemento material. Y la convivencia interpersonal y social, será consecuencia de esta falta de capacidad de diferenciar a un ser humano de una cosa o un animal.



El primer lugar para “ordenar”, es decir, para “poner cada cosa en su lugar”, según las orientaciones de esta encíclica, es la “conciencia” y el “corazón” individual. Esto implica “acomodar” la interioridad del individuo en la dirección de sus “derechos” y sus “deberes”. Reordenar su interior quiere decir “ayudarlo” a ir más allá de la autopercepción, de la autoestima, de la autovaloración hasta llegar a las relaciones más justas, capaces de promover un cambio social.



El primer “derecho” y el primer “deber” que tenemos entonces, es el de “ser personas”. Esto implica recuperar la inteligencia, es decir, esa capacidad de mirar con profundidad, más allá de lo superficial, ser capaces de discernir el bien del mal y buscar la verdad, recuperar también esa capacidad de decidir con libertad y asumir el rol que nos corresponde en la sociedad. Si recuperamos la inteligencia y la voluntad libre, es decir, la capacidad de “ser personas”, nos daremos cuenta que todos tenemos el “derecho” y el “deber” de existir dignamente y de participar para que todos podamos llegar a esta existencia.



Quitar o limitar la posibilidad de existir y vivir dignamente a través de mecanismos políticos, económicos, religiosos, culturales… es deshumanizar a individuos, familias, pueblos… Por eso mismo, todos tenemos el “derecho” y el “deber” de asumir una responsabilidad social en base a nuestras capacidades, de entrar en la vida social a partir de nuestro propio estado de vida, desde nuestra propia fe personal y de grupo, desde nuestra propia identidad política, cultural y social… Vivir con dignidad y responsabilidad, entonces, es el primer “derecho” y “deber” que debemos defender, promover y crear las condiciones para que se realice de manera individual y colectiva.



Sin duda, ya te has dado cuenta que los “derechos” y los “deberes” no caen del cielo. Es necesario empeñarse, trabajar, esforzarse de manera individual, comunitaria y organizada porque a muchos no conviene que se tome conciencia de esto, porque no podrían manejarnos como “objetos” o como “criaturas irracionales”. No podemos sentarnos a “esperar” a que los derechos y deberes nos sean dados, hay que levantarse y luchar para que se nos reconozcan y se nos permitan realizarlos con inteligencia y libertad.



Al final de cuentas, el gran derecho y deber que tenemos todos y todas, es el de “vivir” y, no vivir “como sea”, sino “vivir una vida digna de hijos e hijas de Dios” que se sienten responsables de la humanización y salvación de individuos, comunidades y pueblos que deben comenzar el camino de recuperación de la conciencia de ser “personas” ahí donde se encuentran.

ENCUENTRO CON LA PALABRA DE DIOS


Nos ponemos de pie. Leer el siguiente texto bíblico:


“El que me ha enviado está conmigo y no me deja nunca solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él.» Esto es lo que decía Jesús, y muchos creyeron en él. Jesús decía a los judíos que habían creído en él: «Ustedes serán verdaderos discípulos míos si perseveran en mi palabra; entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.» Le respondieron: «Somos descendientes de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Por qué dices: "Ustedes serán libres"?» Jesús les contestó: «En verdad, en verdad les digo: el que vive en el pecado es esclavo del pecado. Pero el esclavo no se quedará en la casa para siempre; el hijo, en cambio, permanece para siempre. Por tanto, si el Hijo los hace libres, ustedes serán realmente libres." (Jn 8,29-36)


SILENCIO Y REFLEXIÓN

Reflexionemos en silencio para que la Palabra de Dios transforme nuestra vida.


PARA COMPARTIR:

  • ¿Qué te hace pensar el texto que escuchamos a partir de lo que hemos compartido?

  • ¿Sientes que eres libre? ¿Puedes tomar tus decisiones con libertad?

  • ¿Así como vives crees que es digno? ¿Por qué?

  • ¿Sientes que tratas a los demás como personas? ¿Cómo te das cuenta?

  • ¿Sientes que te tratan como persona? ¿Por qué?

  • ¿Eres consciente de tus derechos y tus deberes? ¿Por qué?


ORACIÓN COMUNITARIA

De manera espontánea expresar en voz alta la oración que Dios haga surgir de su corazón.


COMPROMISO

Consigue la encíclica Pacem in Terris del papa Juan XXIII y ve leyéndola poco a poco según tus posibilidades. También, si puedes, consigue la Carta de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y, a la luz de estos dos documentos, revisa qué derechos y qué deberes ya estás viviendo y cuáles no. Luego, pregúntate qué debes hacer para que esos derechos sean una realidad en ti y en quienes te rodean.



ORACIÓN Y DESPEDIDA:


Yo siento, Señor, que Tú me amas.

Yo siento, Señor, que te puedo amar.

Háblame, Señor, que tu siervo escucha.

Háblame, ¿qué quieres de mí?

Señor, Tú has sido grande para mí.

En el desierto de mi vida, ¡háblame!


YO QUIERO ESTAR DISPUESTO A TODO,

TOMA MI SER, MI CORAZÓN ES PARA TI.

/ POR ESO CANTO TUS MARAVILLAS,

POR ESO CANTO TU AMOR. / (2)

/ LARALA LAILA LARALA

LALAILA LARALA LAILA LA LA. / (2)


Te alabo, Jesús, por tu grandeza;

mil gracias te doy por tu gran amor.

Heme aquí, Señor, para acompañarte.

Heme aquí, ¿qué quieres de mí?

Señor, Tú has sido grande para mí.

En el desierto de mi vida, ¡háblame!

ESTRIBILLO.


Letra y música: José Miguel Cubeles - Grupo Kairoi


Si puedes conseguir el canto y escucharlo o cantarlo juntos sería mucho mejor.

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