top of page

El "memorial" afrodescendiente...

Actualizado: 22 may

Nuestros ancestros guardaron en su cuerpo lo que ahora nos da identidad y fuerza

Fueron casi cuatro siglos en los que los barcos de los imperios europeos colonialistas iban a África para llenar sus bodegas de hombres y mujeres africanos para traerlos a América y venderlos como esclavos. El africano, desde que era capturado, comenzaba un proceso de desarraigo territorial, cultural y espiritual porque ya no se le permitiría nunca volver a su tierra, no se le permitía vivir como ser humano desde sus valores y tradiciones propias, tenía que olvidar todo y resignarse a ser una pieza productiva del aparato colonizador en tierras americanas. Y, si quería disminuir el dolor de la destrucción física, espiritual y cultural, tenía que asumir hábitos y costumbres de sus amos hispanos y cristianos.

El desarraigo territorial, comunitario y familiar solo le dejó su cuerpo y su memoria porque no podía llevar más que eso, este desarraigo comenzaba con el “despojo de sus vestiduras” para que su diferenciación social fuera borrada. Pero en su cuerpo, que fue lo único que no le pudieron quitar, guardó su filosofía, sus conocimientos, sus tradiciones, su historia ancestral…
Aunque sus amos pretendían extirpar de su mente y su corazón todo eso para dejar solamente la fuerza de trabajo sin conciencia, sin ideales, sin sueños de libertad, sin identidad arraigada en África, esa intención degenerativa colonial y esclavista, no logró borrar el espíritu ancestral que fue el motor de la solidaridad, de identidad y de inspiración de las independencias de las colonias.

La violencia, el abuso de poder, la vejación, la coacción, la amenaza… fue la manera más común de trato a los esclavos para conseguir y mantener su sometimiento. Violencia física, sicológica y espiritual eran los pilares que sostenían el control de los africanos y sus descendientes para obligarlos a aceptar las condiciones propias de la esclavitud. Pero, dentro de este sistema represivo, ellos encontraron mecanismos de resistencia y de organización para la liberación.

La memoria de pertenencia a un grupo no pudo ser extirpada por los amos, y se convirtió en estrategia para identificar y aprovechar oportunidades organizativas de supervivencia dentro del mismo sistema que pretendía su degeneración humana. Lograron estructurar espacios organizativos donde introducían elementos de humanidad y dignidad en su condición de esclavitud.

Aunque eran adoctrinados religiosamente para la aceptación de su condición de esclavitud y evitar sublevaciones, la resistencia se dio también en el plano espiritual/teológico. La espiritualidad y la teología africana de los esclavos se escondieron detrás de las devociones a los santos católicos y de las advocaciones a la Virgen. Acomodaron sus visiones y creencias divinas al contexto religioso que vivían como esclavos y reinterpretaron la doctrina católica desde los referentes teológicos y espirituales de sus ancestros.

En este sentido, sin saberlo, la Iglesia facilitó los procesos y los espacios de libertad desde las cofradías de los negros y sus fiestas en honor a un santo patrón; y el mecanismo de control colonial lo facilitó, también sin saberlo, desde los cabildos donde los africanos de un mismo grupo étnico y sus descendientes reproducían las organizaciones tribales y fraternidades como en África. Las fiestas de los santos patronos entonces fueron un canal de resistencia y ocultamiento de la visión y el Espíritu que ahora nos da identidad y fuerza.  


Comments


bottom of page