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Foto del escritorJoel Cruz Reyes

Para no pelear por la "política" 2

Recuperar el significado y el sentido original de la política para no pelear...


Alejandro, Alfredo y Miguel son tres hermanos jóvenes que aún viven con sus padres. Alejandro llegó muy enojado porque no le dieron las medicinas a su mamá que estaba afiliada al Seguro Popular y, con el cambio de gobierno en el país, este seguro está en transición y, según le dijeron, por eso todo estaba detenido hasta nueva orden. Por eso llegó echando maldiciones al Presidente y su partido.


Alfredo, al escuchar los insultos que Alejandro lanzaba contra el gobierno, reaccionó defendiendo al Presidente señalando que el gobierno actual no puede hacer mucho porque los gobiernos anteriores de los otros partidos habían dejado el desastre en la salud. Miguel, al escuchar la discusión, se puso de parte de Alejandro, alegando que la salud de su madre estaba en riesgo por decisiones de los políticos en turno que no miran el mal que pueden hacer a muchos.



Alfredo, bajando un poco el tono, al considerar la situación de su mamá, comenzó a decir a sus hermanos que no debían criticar al gobierno porque les estaba dando, a los tres, la beca de estudiantes. Alejandro y Miguel, visiblemente enojados se retiraron a sus habitaciones para no seguir escuchando a su hermano.


La mamá al ver la discusión de sus hijos, los llamó y les pidió superar sus diferencias por el bien de todos y que, por el momento, podrían buscar juntos alguna organización de apoyo que los pudiera ayudar y orientar mientras se regulariza el servicio de salud, porque nada ganaban peleando entre ellos, más bien eso los haría enemistarse y terminarían por dividir a la familia y esto, les dijo, no beneficia a nadie, al contrario, hace mal a todos.



Quizá te has encontrado en situaciones en las que te ves en la necesidad de renunciar a un interés personal o a una parte de lo que pretendes conseguir, porque los demás se oponen, ya que ellos también buscan conseguir sus propios intereses, quieren su propio bien así como tú buscas el tuyo, pero la convivencia en espacios comunes obliga a todos a ceder, llegar a acuerdos con tal de no dañarse mutuamente.


Esta capacidad de llegar a acuerdos en los que implica ceder, renunciar y aceptar que el bien de los demás también es parte de nuestro bien personal, familiar, de grupo u organización, forma parte de nuestra naturaleza humana que nos orienta a buscar el “bien común”.



Cuando la persona comienza a buscar diversas formas de “inclinar la balanza” solamente hacia sí misma, hacia su familia, su comunidad u organización sin pensar en el bien de las demás con las que convive, podemos decir que ya perdió la esencia divina de su humanidad, porque deja de parecerse a su Creador que es “comunión y participación” de los diferentes en la generación del bien juntos, porque Dios es Trinidad (Padre-Hijo-Espíritu Santo).


Buscar formas, caminos, iniciativas y proyectos que beneficien a todos, encontrar soluciones en las que todos salgamos ganando, es la tendencia de toda persona que es consciente de su naturaleza divina que lo hace comunitario, participativo, solidario, sin ninguna tentación de caer en la existencia egoísta, partidista o sectaria.


A esta tendencia de buscar el bien común, es lo que llamamos “política”. Por eso decimos que toda persona, si es verdaderamente “humana”, lo más natural es que sea una “persona política”.

Ya te imaginarás entonces cómo, a veces, no todas las personas, sus familias, sus grupos u organizaciones “son políticas”, porque solo buscan sus bienes particulares, de los suyos o de los que piensan como ellas. Solo buscan el bien de “una parte” de los que viven y conviven en un lugar determinado. En este sentido, esas personas se vuelven “partidistas”, porque solo ven por el bien de “una parte” de la sociedad no de todos en general.



Aquella persona que se vuelve “partidista” apoya y defiende su “partido” de una manera irracional, sin analizar, sin reflexionar, sin discernir, sin evaluar las perspectivas, las consecuencias del pensamiento y el actuar de los líderes y seguidores de esa parte en la que ella se ha colocado, se va deshumanizando poco a poco, porque va desconectando la razón de sus acciones.


Lo irracional, visceral y sentimental la lleva a perder la objetividad en sus juicios y comienza a mirar a quienes no están de su lado como rivales, adversarios, como enemigos peligrosos de los hay defenderse y atacarlos hasta destruirlos.



Esta perspectiva, como sabrás, es propia de los animales, porque la irracionalidad es el motor de sus acciones y esto, termina por convertir a la sociedad en un campo de batalla donde los malos están en la otra parte, no en nuestra parte, olvidando que todo ser humano tiene luces y sombras, que todos somos capaces bien y de mal.


Nos hará mucho bien a todos si recuperamos la esencia, el sentido original de lo que llamamos “POLÍTICA”, precisamente para recuperar este aspecto de nuestra humanidad si ya la hemos perdido. Recuerda que su significado más puro está en el término griego “POLIS” que hace referencia a esa conciencia personal y social que siente que buscar el BIEN COMÚN, es decir, el bien de todos en la sociedad, es un derecho y un deber.

Si se ve del lado religioso, es esa conciencia de que la búsqueda del BIEN COMÚN es la construcción de lo que llamamos Reino de Dios en la sociedad y, es una misión divina que tiene todo bautizado.

Esta búsqueda del bien común comienza con el prójimo cuyo bien también es mi bien, por eso, el verdadero ser humano, desde la perspectiva divina, es aquella persona capaz de amar a Dios y al prójimo como a sí mismo, esta es la ley de la política cristiana en la sociedad, aunque el prójimo sea de la parte contraria.



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