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Foto del escritorJoel Cruz Reyes

¡No te maltrates!

Para ser fuente de paz no te trates mal


Los modos en los que muchos de nosotros fuimos educados, las experiencias negativas que hemos tenido, el entorno social que hace ver más los aspectos negativos, hace que de una manera casi natural nos maltratemos (tratar mal) a nosotros mismos.


No es raro que nos critiquemos a nosotros mismos de una manera dura y excesiva porque no tenemos los resultados que otros tienen, o porque no logramos la imagen que admiramos de otras personas.



Otras veces, para quedar bien con los demás, no nos atrevemos a decir NO, por miedo a desagradar y/o perder la buena opinión que tienen de nosotros. Así terminamos exigiéndonos mucho más de lo que realmente podemos dar. Esto nos fatiga, nos cansa, nos va desgastando.


También hay algunos que quieren que todo les salga perfecto, y se exigen demasiado, quieren que los resultados siempre sean mejores que el de los demás, son esclavos de la perfección, y se desmoronan cuando las cosas no salen como ellos quieren. Sufren porque no van a recibir los reconocimientos y aplausos de los demás. Hunden toda su persona en la auto exigencia esclavizadora y en la frustración y enojo consigo mismos.



Estos maltratos con uno mismo hace ver que no nos apreciamos, que no nos queremos. Esto tiene consecuencias no solamente en nuestra persona, sino también en los que nos rodean, en las personas con las que convivimos. Porque no toleramos la crítica, nos sentimos atacados, agredidos, y terminamos por echar la culpa a otros de lo que consideramos errores que cometimos.


Podemos también caer en el miedo exagerado para tomar decisiones, nos hacemos indecisos, inseguros… con esto privamos a los demás de enriquecerse de todo lo que somos, sabemos y tenemos, solamente porque tenemos miedo a equivocarnos.



Nos volvemos hostiles con los demás, nos irritamos con facilidad, siempre estamos a punto de estallar incluso por cosas de poca importancia. Todo nos hace sentir mal, todo nos disgusta, todo nos decepciona, nada nos satisface… nos hacemos negativos en todo sentido, todo lo vemos mal: nuestra vida, nuestro futuro, nuestro ser mismo… esto crea malas relaciones con los demás y termina por hacernos personas indeseables para quienes nos rodean y para nosotros mismos.


Cuando estamos casi siempre enojados con nosotros mismos, dicen los expertos, que tenemos en nuestro interior problemas no resueltos que nos dejan sentimientos ocultos de dolor que luego se convierten en enojo y depresión. Esto como ya hemos dicho anteriormente se manifiesta en ansiedad, cambios repentinos de humor, culpabilidad, reacciones exageradas y contrastantes, en buscar siempre el lado negativo en situaciones positivas o sentimiento de impotencia. Nos lleva a un proceso de autodestrucción.



Cuando constantemente nos estamos comparando con los demás, es un indicador de menosprecio a uno mismo. Este es un problema serio en nuestra vida, no sólo porque nunca llegaremos a ser como los demás, sino también porque no tenemos la capacidad de comprender y aceptar que todas las personas son diferentes, únicas e irrepetibles.


Modificar nuestro “credo personal” sobre nuestra propia persona, es un proceso doloroso, porque hablamos de un despojarnos de las creencias que hemos asumido. Porque, con frecuencia, nuestra personalidad es el reflejo de lo que nosotros creemos y pensamos de nosotros mismos.


En la medida en que hagamos conciencia de los valores propios, la perfección de nuestro cuerpo, la belleza de nuestros sentimientos, la grandeza de nuestros pensamientos, y sobre todo la seguridad de que merecemos no solo lo bueno de la vida, ¡sino lo mejor! en ese momento, podremos tomar decisiones acertadas, y tendremos la capacidad de abrir caminos y emprender una ruta nueva, podremos tomar riesgos sin temor.



Tú y yo sabemos que el camino hacia la autenticidad es doloroso y fatigante. Pero también sabemos que si no logramos ser auténticos sufrimos mucho. Incluso hasta podemos sufrir enfermedades psicológicas (depresión, neurosis…) o generar actitudes que nos hacen mucho mal como la timidez, vergüenza, miedo, rechazo, escape… Creer que nadie nos quiere o nadie nos valora es la mayor mentira que logra disfrazarse de verdad y condicionar toda nuestra vida.

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1 Comment


jrvc_villarroel
Oct 30, 2022

Tema candente.

Considero que el desaprender actitudes aprendidas a lo largo de nuestras vidas, se puede hacer, pero es necesario no solo el querer ejecutarlo, sino también un proceso de reconocernos a nosotros mismos los valores y talentos que Dios nos ha concedido, este reconocimiento tiene inicio entonces, dando lugar al Amor con el que Dios nos ha creado; si existimos es que Dios quiere que estemos aquí y ahora y estar con nosotros ¿Por qué? porque nos ama infinitamente, saberlo desde el inicio esta premisa, requisito importante para nuestra interiorización que nos permita caminar hacia la autenticidad.

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