El ministerio social de una Laica Misionera Comboniana.
Muchos laicos y laicas en la Iglesia se quedan atrapados en un ministerio litúrgico-sacramental o en actividades internas de la vida eclesial. Piensan que la misión del laico debe desarrollarse y realizarse dentro de los muros del templo, que las cuestiones sociales que afectan la vida de las personas y sus entornos corresponde a los políticos y a quienes trabajan en estructuras de servicios a la ciudadanía en cualquiera de los ámbitos de la vida humana.
Lucha Almaraz, es una Laica Misionera Comboniana que, desde ECOPAX A. C., Asociación Civil inspirada en el carisma y espíritu misionero de San Daniel Comboni, fundador de los Misioneros Combonianos, realiza su vocación misionera laical en ámbitos civiles y políticos en espacios vecinales, de organización ciudadana y particularmente en el ámbito de Justicia Cívica desde un centro municipal de acompañamiento, mediación y transformación positiva de conflictos locales, personales, familiares, institucionales y organizacionales.
Como socióloga y misionera laica, su presencia, el tono y la manera de estar con la gente desde las estructuras municipales, va más allá de lo profesional, de lo funcional y de lo estrictamente legal, para llegar al espíritu y actitud de hermana y compañera de camino de quienes están en conflicto y acuden al Centro de Justicia Cívica para encontrar luz y acompañamiento a sus situaciones conflictivas y evitar la violencia.
Muchas personas han encontrado las vías para llegar a la paz que las hace sentirse bien, estar bien, hacer el bien y ser bien para quienes viven y conviven con ellas, gracias al tiempo y dedicación de Lucha, no a sus problemas como tal, sino a sus personas.
El encontrarse no solamente con una profesional del tema sino con una hermana y amiga que no se queda en el método o la técnica porque te hace sentir el amor fraterno y la amistad política (que busca el bien común de los implicados), facilita la transformación de los conflictos en fuente de bien para la persona, para sus familiares y para la sociedad local en la que se encuentran.
El modo en el que Lucha vive su vocación misionera como laica desde dentro de las estructuras sociopolíticas municipales, nos dice que el Reino de Dios que es Justicia, Paz y Gozo (Rm 14, 17) y que, en concreto, son BUENAS RELACIONES con uno mismo, con los demás y con el entorno, es realizable y vivible en cualquier estructura social. Pero sobre todo, que esta es una de las maneras más urgentes y necesarias que todo bautizado debe vivir su fe y la misión de construir el Reino de Dios ahí donde vive y convive. Especialmente si tomamos conciencia de que la violencia está ganando terreno en las personas y en los lugares de convivencia.
Todo bautizado debe seguir los pasos de su Maestro y Señor: Jesús el Príncipe de la paz. Precisamente por eso, todo bautizado debe mirar más allá de los muros del templo y atreverse a convertirse en fuente de paz ahí donde vive, convive y trabaja. Ahí en esas estructuras sociales que forman parte de su cotidianidad y asumirlas como lugares donde debe realizar la misión que Dios le encargó: hacer que en el lugar donde se encuentra, LA JUSTICIA Y LA PAZ SE BESEN (Salmo 85, 10).
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