Espacios para "cultivar" a las personas en un estilo pacífico de convivir...
Seguramente sabrás que la palabra "CULTURA" viene el término "CULTIVAR". Por eso, cuando decimos que algo en una persona es "CULTURAL", estamos diciendo que es un aspecto "cultivado" en ella a lo largo de su historia personal en su familia, en su pueblo originario, en las instituciones educativas que la formaron, en la religión que profesa, en la sociedad en la que nació y creció... Es decir, esa persona fue "CULTIVADA EN ESA MANERA DE EXISITIR".
Actualmente, la mayor parte de las personas que conocemos, escuchando sus experiencias, sus maneras de pensar, de actuar y de resolver sus conflictos personales, familiares, laborales, sociales, religiosos... su manera de ver y afrontar sus diversas realidades de convivencia, nos dicen que han sido y están siendo "CULTIVADAS"en la violencia como camino de relación consigo mismas, con los demás, con el entorno y con Dios. En este sentido, entonces, podríamos decir que la violencia en nosotros es algo "CULTURAL".
La violencia como cultura personal, familiar, laboral, religiosa, social... es la herramienta o instrumento que todos sabemos utilizar muy bien. Y la utilizamos porque es la que hemos aprendido a manejar mejor, sobre todo porque desde pequeños nos hemos ido entrenando para defendernos o atacar. Desde que comenzamos a darnos cuenta de nuestra existencia, ya la encontramos y la experimentamos en los ambientes donde comenzamos a vivir y convivir. Y la fuimos asumiendo como "norma" de convivencia, es decir, se volvió "normal" entre nosotros.
Muchos creen, porque así lo han experimentado, que la violencia es necesaria para "mejorar a las personas", de hecho, muchos recuerdan que sus padres los educaron y los formaron con violencia. Por eso, asumen que utilizar la violencia es bueno aunque lastime a la persona, porque es "por su bien".
El hecho de que muchos asuman la violencia como algo bueno y necesario, poco a poco, va abriendo caminos de violencia en los que muchos bautizados comienzan a caminar hasta llegar a despreciar la vida y convertirse en asesinos. Bautizados que se organizan para hacer el mal, para destruir y matar. Incluso pidiendo a Dios su bendición para hacer el mal.
Muchos hemos aprendido que la violencia es para conseguir nuestro bienestar y nuestra paz. Hemos aprendido muy bien a hacer el mal, a lastimar, a destruir... a uno mismo y a los demás. Sobre todo a aquél que percibimos como peligro, amenaza, rival o competencia. ¿Somos malos? Tal vez no sea esa la cuestión, el problema de fondo es, quizá, que no hemos aprendido a hacer el bien a nosotros mismos y a los demás. Quizá nuestras familias, nuestras instituciones educativas, la calle, nuestros círculos de amigos, el ambiente laboral, los medios de comunicación masiva, el internet, la sociedad toda, han sido ESCUELAS DE VIOLENCIA para nosotros y hemos sido buenos alumnos porque aprendimos muy bien a hacernos daño y a dañar a los demás.
Es urgente comenzar un camino de "desaprendizaje" de todo aquello que las escuelas de violencia nos han enseñado. Pero, para eso, es necesario abrir espacios donde podamos "desaprender" aquello que nos hace personas que solo saben hacer daño y lastimar. Espacios que nos ayuden a utilizar otras herramientas o instrumentos distintos a la violencia y donde podamos aprender a hacer el bien a nosotros mismos, a los demás y al entorno. Esto es lo que pretenden ser los CENTROS CULTURALES DE PAZ. Espacios donde la persona se pueda "CULTIVAR" desde la paz como camino de salvación personal y social.
Un CENTRO CULTURAL DE PAZ es precisamente eso: UN CENTRO, donde convergen búsquedas, preocupaciones, anhelos, deseos de colaboración en una misma causa que, en nuestro caso es LA PAZ personal, familiar, social... Y este CENTRO puede ser un LUGAR o ESPACIO físico, como es el caso del que fundó y que anima Verónica Granados en Sahuayo que, por cierto, fue el primer Centro Cultural de Paz que se abrió como ECOPAX A. C.
Ahora es todo un EQUIPO DE PAZ quien impulsa diferentes iniciativas y procesos que conducen a la paz a las personas que acuden y participan en las diversas actividades que ofrece este CENTRO que CULTIVA a las personas en LA PAZ. Este equipo está respaldado por el apoyo de toda una COMUNIDAD DE PAZ integrada por una red bienhechores bienhechoras, colaboradores y colaboradoras que hacen posible todo el bien que se genera en este espacio físico abierto para que el anhelo de paz de las personas se vaya realizando en ellas, en sus familias, en sus entornos...
Puede ser también UN ESPACIO PUENTE DE COMUNIÓN en función de la paz que utiliza espacios físicos ya abiertos y espacios virtuales para generar un camino integral que involucre lo religioso, lo político, lo vecinal, familiar y personal en todos los espacios posibles. Este es el caso del EQUIPO DE PAZ DE NEZAHUALCÓYOTL (animado por Martha, Lucha, Eli y Carmelita) en el Estado de México que desde el Centro de Cultura Cívica del municipio (ámbito político) colabora en la mediación de conflictos vecinales y legales, que participa en iniciativas parroquiales y diocesanas encaminadas a la formación para la paz y la mediación de conflictos en ámbito pastoral y, al mismo tiempo abre espacios virtuales de acompañamiento a conflictos personales y familiares, particularmente de jóvenes con problemas de adicciones.
Pueden ser también CENTROS CULTURALES DE PAZ VIRTUALES que utilizan las nuevas tecnologías de comunicación e información (TICs). Como es el caso de Fabiola que, utilizando el WHATSAPP acompaña a más 80 personas en grupos virtuales de mujeres, hombres y jóvenes; el caso de Jéssica en Ecuador, Martha y Eli en Nezahualcóyotl que acompañan a diferentes personas en la educación para la paz a través de plataformas como GOOGLE MET, creando salones virtuales de capacitación para la paz. Cursos y talleres virtuales que se acomodan a los horarios de las personas, grupos virtuales en los que se acompañan a personas en sus conflictos, se comparten mensajes breves que conducen a la paz, etc., son iniciativas que se impulsan desde estos espacios virtuales.
Pueden ser también ESPACIOS DE CONCIENCIACIÓN dentro de organizaciones, movimientos apostólicos, de pastoral o de grupos parroquiales, como es el caso del EQUIPO DE PAZ DE ECATEPEC, que abre espacios en sus movimientos eclesiales en los que participan para que las personas, poco a poco, vayan tomando conciencia de la responsabilidad de trabajar por la paz como misión evangelizadora ahí donde realizan sus apostolados.
También pueden ser CENTROS FAMILIARES DE REFLEXIÓN como es el espacio abierto por Alberto en casa de uno de sus hermanos donde se reúne con otros hermanos, hermanas y familiares preocupados por la paz. Al mismo tiempo, algunos de ellos colaboran en sus parroquias o en la pastoral carcelaria. De esta manera van trabajando la pacificación familiar, carcelaria y parroquial.
También pueden ser CÍRCULOS DE PROFESIONALES que se reúnen para reflexionar y compartir sus opiniones a través de artículos, textos de apoyo para el trabajo por la paz y puedan ser utilizados por las personas que animan diferentes grupos o iniciativas para promover la paz en diversos ambientes eclesiales y sociales. Este es el caso de Pol y Ángeles que, en su casa, abrieron este espacio de reflexión y elaboración de cursos, talleres y textos para apoyar el trabajo por la paz en ámbito eclesial y social.
Pueden ser también CENTROS CULTURALES DE PAZ PARROQUIALES. Reciben este nombre porque son espacios que abren, en sus parroquias, algunos catequistas o agentes de pastoral, que se preocupan por incluir el discurso y la acción por la paz como parte integrante de la evangelización. Ellos y ellas, abren espacios específicos para concienciación y capacitación de agentes de pastoral en este tema.
Este es el caso de Vanesa que anima el espacio de formación para los diálogos por la paz en su parroquia de Mixquic, en Tláhuac; el caso de Lety que coordina la pastoral en la parroquia de Santa Cecilia, en Xochimilco; el espacio de formación para agentes de pastoral social-cáritas de la diócesis de Xochimilco en la Rectoría de San Marcos Evangelista; y en Ecuador, el EQUIPO DE PAZ coordinado por John Villarroel abrió el Centro Cultural de Paz en la parroquia de Santa María Eucarística en el sector de Bastión Popular para apoyar el trabajo de pastoral en el territorio parroquial y en los nuevos asentamientos cercanos a la parroquia.
Pueden ser también espacios que abren las comunidades religiosas (congregaciones religiosas), como es el caso de las Hermanas Clarisas que abren sus instalaciones para escucha y consejería para la paz, así como su salón para reuniones de capacitación para la paz en Ecatepec; el Seminario Comboniano de Xochimilco que abre sus instalaciones para capacitar a animadores y promotores de paz o los misioneros de Guadalupe que abren la instalaciones de Universidad Intercontinental para eventos de concienciación sobre la paz. Estos espacios son animados por las mismas comunidades religiosas o por equipos de laicos que asumen como misión la promoción de la paz.
Pueden ser también espacios de pastoral juvenil que, desde una o varias parroquias, o también a nivel social o universitario se impulse a los jóvenes a una misión social de paz como es el caso de Carlos Zamora, en Ecuador, que junto con su equipo de pastoral crearon el movimiento juvenil de paz JÓVENES ECOPAX, para acompañar el múndo de los jóvenes más allá de los límites parroquiales, sobre todo a los más alejados y abandonados. También el caso de Josué, en el estado de Hidalgo, que abrió el camino de participación para la misión social de alfabetización para ayudar a los jóvenes y agentes de pastoral a mirar más allá de la cuestiones religiosas y proyecten su misión hacia la pacificación social en su contexto.
Los espacios donde se pueden "CULTIVAR" a las personas en un modo pacífico de existir, son infinitos en sus formas, sus lugares y sus caminos. Lo importante es que haya quien quiera abrirlos. El acompañamiento, la capacitación, el intercambio de experiencias y saberes, lo encuentras en el Centro Virtual de Acompañamiento ECOPAX que trasciende las fronteras y puede llegar a cualquier parte en un horario accesible a tus posibilidades. Por ahora funciona todas las noches de 9 a 10, hora del centro de México, de lunes a viernes. Solo basta que te animes a abrir el espacio ahí donde tú crees que es posible, luego únete a quienes participan todas las noches en nuestro salón virtual de conversación y capacitación. Desde ya te damos la bienvenida a una misión que es de todo ser humano.
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