Un lugar para sanar las heridas
Todos sabemos que las violencias hieren, lastiman, hacen mucho daño y matan a las personas. Su paso por la vida de la gente deja "heridas" físicas, sicológicas, emocionales, espirituales... ensombrecen la vida de quienes las padecen, sobre todo si la muerte les arrebata seres queridos. Poco a poco, las van hundiendo en un mar de dolor y de sufrimiento, a veces silencioso, que solo sabe "aconsejar" a la persona "defenderse" o "atacar", es decir, utilizar la violencia como herramienta para no seguir siendo lastimada.
¿Qué puede suceder en una sociedad con muchas personas heridas por las violencias? Para nadie es una novedad decir que una persona herida, por defenderse, lastima incluso a quienes dice amar. Sus heridas la incapacitan para relacionarse bien consigo misma, con los demás, con su entorno e, incluso, con Dios. No hace falta mucha imaginación para entender que, un lugar donde viven muchas personas heridas, la convivencia se vuelve violenta y generadora de situaciones de muerte para quienes habitan ahí.
En un lugar o sociedad donde es común arreglar todo a gritos y golpes, donde lastimar y matar se vuelve lo más normal en la convivencia, las personas van cultivando en su mente y su corazón la convicción de que el otro es un peligro y una amenaza para sus vidas. Por eso, la desconfianza, la reacción violenta y el miedo se vuelven sus escudos para protegerse de las posibles intenciones agresivas de los demás. Esta perspectiva de convivencia debilita la solidaridad y la fraternidad social que todo ser humano anhela ahí donde vive y convive.
Verónica Granados lidera y anima el equipo de ECOPAX (Equipos Combonianos de Paz A. C.) en Sahuayo. Ella, junto con toda una red de animadoras, animadores, de voluntarios/as y colaboradores/as fundaron el Centro Cultural de Paz en esta ciudad del Estado de Michoacán, para acompañar a toda persona que busca apoyo en su existencia ensombrecida por algún tipo de violencia.
Este servicio de acompañamiento, de manera personal y en grupos, está enfocado a "sanar heridas", precisamente, porque sabemos que las personas heridas pueden ser generadoras de violencias y, por lo mismo, alimentar una sociedad violenta. Después de un poco más de dos años, el Centro Cultural de Paz ya es visto como un lugar donde las personas pueden encontrar luz, consuelo y acompañamiento que no encuentran en sus familias, en sus parroquias, en otras organizaciones civiles, religiosas o en las instituciones del Estado. Se ha vuelto una luz que brilla en la oscuridad que las violencias dejan en la vida de mucha gente en esa ciudad y sus alrededores.
Entre los distintos servicios que el Centro Cultural de Paz ofrece, destacan el acompañamiento tanatológico para ayudar a las personas a trascender sus pérdidas, ya que las violencias vividas en esos lugares, han dejado a muchos, particularmente a mujeres viudas o niños y niñas en la orfandad. También ofrece cursos, talleres y asesorías para que las personas puedan transformar sus conflictos en fuente de bien para sí mismas y para quienes viven y conviven con ellas y así dejen de ser parte del problema de la violencia y se conviertan en parte de la solución en sus familias, en sus lugares de trabajo, en la sociedad local donde se encuentran...
Los proyectos y programas de acompañamiento personal y grupal responden a las necesidades de la realidad humana, social y religiosa local. Para esto el Centro abre espacios de comunión y participación de diversos profesionales, agentes de pastoral y de instituciones interesadas en colaborar en la reconstrucción del tejido social desde la reconstrucción interna de las personas, de tal manera que, poco a poco, las violencias ya no cuenten con las manos, las mentes y los corazones de quienes acuden al Centro Cultural de Paz.
El Centro Cultural de Paz de Sahuayo, por la modalidad asumida por Verónica y su red de colaboradoras y colaboradores, es un lugar donde toda persona que anhela la paz personal, familiar, laboral, política, social, religiosa... encuentra su espacio para colaborar en esta misión que responde al anhelo más profundo del ser humano que vive en ese pedazo de México. Es un lugar donde puedes encontrar la oportunidad de hacer el bien pacificándote, pacificando a toda persona con la que convives y, esto, te hace una persona sembradora de paz en esa sociedad en la que te encuentras.
El Centro Cultural de Paz de Sahuayo es un lugar donde se cultiva a toda persona que acude y participa en los diferentes espacios, programas y proyectos que se ofrecen, en una manera pro-positiva de ver la realidad personal, familiar, social, laboral, religiosa... y esta visión le permita asumir un estilo de vida cada vez más pacífico y fraterno con los demás seres humanos con los que convive. Al final de cuentas, es un lugar donde se hace palpable la Voluntad y el anhelo de Dios de que sus hijos e hijas no asuman su existencia como Caín y Abel donde el fratricidio es el horizonte de la convivencia humana.
¡¡¡FELICITACIONES A VERÓNICA, A SU EQUIPO Y A LA RED DE PERSONAS E INSTITUCIONES QUE COLABORAN EN ESTA OBRA QUE, SIN DUDA, ES OBRA DEL PRÍNCIPE DE LA PAZ (JESÚS) CUYO ESPÍRITU MUEVE A TODAS Y TODOS LOS QUE GASTAN SU VIDA EN ESTE CENTRO CULTURAL DE PAZ PARA PACIFICAR A LA SOCIEDAD!!!
Comentários